18 de abril de 2017

Historia de una anécdota


Inmersa en un mundo de ensueño,  donde la acción en las féminas fue suscrita a las órdenes de los hombres de la casa; entre aquellos infranqueables muros custodiados por mis abuelos maternos, los libros fueron la mejor y única libertad. En ellos he depositado la razón de lo que soy: las alegrías, las dudas, el terror, la vida, la muerte, la enfermedad, los estados caóticos causados, quizá, por la genética y atizados por el viento insistente de esos autores que supieron describir mis emociones: lo que es, lo que fue y lo que deberá ser. Mi padre no fue lector, sin embargo lo vi pelear una vez por un libro Los Renglones Torcidos de Dios, peleaba el significado sentimental que el libro, regalo de mi abuela, poseía. Mi madre lo había prestado a una de mis tías ¿hasta cuándo lo devolverá? ¡Un mes para leer un libro! ¿No crees que hubiera sido mejor si me hubieras preguntado?



(© Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)

11 de abril de 2017

¿Tú también lo conociste?



Ahí estaba el tipo que diatriba contra la tecnología y que hasta entonces se había negado a cambiar su vieja Remington por una computadora; tal era su enfado y molestia ante la posibilidad de aprender algo relacionado con ello que prometió jamás entrar al juego de las simulaciones con los nombres apócrifos en las salas virtuales donde abunda el ocio, la cobardía y la enajenación del ser: Sartre, con su rostro entre juego de luces y sombras, intelectual y enigmático, su amor eterno -como solía pensar de él antes de que sobreviniera la separación definitiva-.


(© Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)

6 de abril de 2017

Cántame al pasar...

Como un presagio, acaso como un regalo, comenzaron a emerger las estrofas finales all my best memories come back clearly to me some can even make me cry  
Lyrics

When I was young I'd listen to the radio
Waitin' for my favorite songs
When they played I'd sing along, it made me smile


Those were such happy times and not so long ago
How I wondered where they'd gone
But they're back again just like a long lost friend
All the songs I loved so well


Every sha-la-la-la
Every wo-o-wo-o, still shines
Every shing-a-ling-a-ling, that they're startin' to sing's, so fine


When they get to the part
Where he's breakin' her heart
It can really make me cry, just like before
It's yesterday once more


Lookin' back on how it was in years gone by
And the good times that I had
Makes today seem rather sad, so much has changed.


It was songs of love that I would sing to then
And I'd memorize each word
Those old melodies still sound so good to me
As they melt the years away


Every sha-la-la-la
Every wo-o-wo-o, still shines
Every shing-a-ling-a-ling, that they're startin' to sing's so fine


All my best memories come back clearly to me
Some can even make me cry, just like before
It's yesterday once more


Every sha-la-la-la
Every wo-o-wo-o, still shines
Every shing-a-ling-a-ling, that they're startin' to sing's so fine


Every sha-la-la-la
Every wo-o-wo-o, still shines
Every shing-a-ling-a-ling

Written by John Bettis, Richard Carpenter • Copyright © Warner/Chappell Music, Inc, Universal Music Publishing Group




















Estas ruinas que ves

Hubo una vez una casa


Agua pasa por mi casa

Juan Mata Ortiz escucharía durante mis primeros años
y hasta el resto será un recuerdo, pero ¿quién era ése? 

Infancia a piedra, cal y canto

Detrás, en el centro del patio,  había un cubo mágico... 



4 de abril de 2017

El abuelo

El enigma. Todo hombre es un misterio



El anillo


El anillo de matrimonio de mi madre fue serruchado, arrancado de su dedo anular debido a la inflamación en alguno de sus embarazos. Contaba la abuela que, el oro y el diamante incrustados, conocían las señales de que a mi pobre hija le iría muy mal con tu padre. Mi madre me contó que la argolla matrimonial la vendió en alguno de los episodios de separación. Yo en cambio, renuncié a toda clase de formalismos: al vestido de quinceañera y al vestido de novia. Secretamente sentía atracción por otros rituales menos mundanos, por ejemplo, el anillo de compromiso, nunca lo dije, no lo confesaría jamás. Parece que mi destino fue condenado a ese tipo de renuncia porque no tuve padrinos de bautizo -no fui bautizada- tampoco tuve primera comunión, no fui motivo de festejo en sentido alguno. La rebeldía y el menosprecio tomaron su lugar con dignidad.

(© Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)


Ella

Azucena, no perteneció a este mundo


La tía Azucena devota fiel a la virgen de Guadalupe, San Judas Tadeo y San Expedito; en ella confluye la fe católica con otras inquietudes de carácter metafísico y esotérico, una buena católica. Al crecer bajo su cuidado tuve fácil acceso a muy temprana edad a cierta literatura apta para personas de amplio criterio, algunos títulos lacónicos como: Necronomicon o el libro de los muertos, Astrología para principiantes, El santo sudario, Lo sobrenatural, La bruja blanca, La magia roja, Hechos extraordinarios y el poder de la mente, San Cipriano, La sibila y la interpretación de los sueños inauguraron mi gusto por escritores consagrados como H. P. Lovecraft, Edgar Allan Poe, Theodor Amadeus Hoffmann y el terror psicológico de Amparo Dávila. Otros géneros como el policiaco y menos selecto las revistas ¡Alarma! o Impacto publicaban noticias de casos sangrientos como el linchamiento de una bruja: fue destazada por los vecinos hartos de sus maldades o aquellas donde se describía el sacrificio a un niño para ofrecerlo en una ceremonia de iniciación un 30 de octubre. Recuerdo a mi tía y abuela hablando de los sobrenaturales hechos.



(Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)

© Consuelo Sáenz

2 de abril de 2017

Susie Q

La popote, como le llamaba mi tía a su hermana

Fue la hija menor, cuyo aspecto pequeño y de frágil salud no coincidió con su fortaleza y ambición. Además de haber logrado comprar para la abuela una casa propia y ver por sus necesidades hasta su último suspiro. Se tituló como médico. Su profesión la convierte en el orgullo de la familia “la tía rica” a la que todos acudían en los momentos de ayuda monetaria. Ella fue consciente: Sólo me buscan cuando me necesitan.

(© Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)

Vestida de novia

Vestida de novia

El enigmático baúl contenía un vestido de novia jamás usado por razones que se desconocen. Un vestido de novia cancelado guarda el destino trágico de un amor que vaga en el tiempo de algún mañana incierto; más allá de la muerte.

El vestido de novia que vistiera mi madre fue el mismo que vistiera a su hermana en el féretro. La luna en aries en la quinta casa de su carta astral, su temperamento inquieto y nervioso la motiva a buscar el eterno romance, el amor puede volverse una adicción. La ensoñación es un vicio al que las personas se apegan cuando la vida ha caído en una desesperante monotonía, se evoca al amante idealizado.  


(© Consuelo Sáenz, Tu nombre y las cosas, revelaciones, 2012)