30 de noviembre de 2017

La escalofriante agenda feminista

Sabía que ¿existen màs de 300 grupos feministas afiliados a las Naciones Unidas? Muchos de esos grupos son financiados por los mismos sinvergüenzas que se colocan en el pináculo de la pirámide mundial que encabeza el poder, como George Soros. Rémoras y borregas quienes se dejan engañar creyendo que luchan por la mujer, ¿cuáles mujeres? Cada vez somos màs las que no nos sentimos representadas por el feminismo desquiciado de la actualidad.

  

29 de noviembre de 2017

FEMIDISIDENTE 1: LA TRANSGRESIÓN DE VOLVER A SER MUJERES


Soy femidisidente, disidente del feminismo, ajena a las mujeres que siguen una senda hace tiempo desquiciada y que no me representan en absoluto.


Y soy femidisidente porque soy libre y quiero seguir siéndolo. No hay nada más encorsetante que tener que ceñirse a un patrón para el que, además, no estás especialmente dotada.

Una vez las mujeres podemos legalmente acceder a todos los empleos y carreras y toda la población tenemos los mismos derechos y por ello las mismas obligaciones (no olvidemos ese detalle nada menor), la equiparación con el varón no puede confundirse intencionadamente con la imitación y la igualación. Seamos iguales, pero no remedos, porque remedos nos quieren.

Porque, precisamente las que se quejaban de la imposición de un patrón, de unos roles como construcción social de la sexualidad, que no otra cosa es el tan traído y llevado género, resulta que se afanan en imponernos un modelo estúpido y enloquecido de mujer. El modelo de una mujer fallida como tal y fallida como hombre.

Y digo fallida en el sentido de que empiezan a surgir muchos casos de mujeres que son infelices por haber comprado esa mercancía de ser como hombres. Demasiados fracasos vitales sentidos como tal por las propias interesadas, no porque yo lo juzgue así.

Muchas feministas reconocen que para que la mujer no elija su rol social en función de su rol biológico hay que prohibir esa opción y vender la otra como algo excitante, transgresor, heroico. No es el debate en esta ocasión sobre si somos capaces de hacer labores tradicionalmente asignadas a los hombres, sino de si somos felices haciendo algo que muchas veces nos supone un desgaste innecesario y, sobre todo, si somos capaces de sentir como hombres. Y me temo que no.

Y vuelvo a los cada vez más numerosos casos de mujeres a las que se les ha convencido de que deben establecer una lucha contra el patriarcado en la que vencen si demuestran que pueden ser hombres, renunciando a sus deseos, gustos, sentimientos, intereses y percepciones y, al llegar a la cincuentena (porque este mensaje del feminismo, vendido como nuevo, es más viejo que el charlestón), se preguntan si eso era lo que querían y si eso les ha hecho felices.

Han sido independientes, sin ataduras, agresivas, valientes, volcadas en el trabajo y la autorrealización. Han renunciado a la familia y a las relaciones estables por ser rémoras en las que hay que invertir tiempo y dinero, que deben ser para una misma. Las han embarcado en esa especie de de competición contra el otro yo, del que deben huir porque es al que les han abocado desde tiempos inmemoriales, al que deben asesinar para sobrevivir en esa batalla… y echan de menos, exactamente, todo lo que no han vivido. Todo lo que ese otro yo silenciado les pedía. Y son conscientes de que, si no les hubieran metido en esa pelea contra sus propios deseos, su vida hubiera sido diferente. Y les gusta más.

Reclamaciones al maestro armero. Nadie va a indemnizar a quienes el feminismo ha utilizado para su guerra, que hace tiempo no es la de las mujeres. Incluso, en muchos casos, plantear esa reclamación al tradicionalmente ilocalizable maestro armero, que a buenas horas mangas verdes, reconocer esa sensación de fracaso vital implica un valor y una honradez moral que bordea el heroísmo. Pero algunas lo hacen. Y comienzan una nueva batalla donde hay mucho por ganar, aunque sea exiguo botín respecto a lo ya perdido.

Hemos llegado a un punto en el que lo transgresor, lo rebelde, lo valiente, es reivindicarse como mujer. En estos tiempos interesantes de la maldición china que nos ha tocado vivir no queda otra que nadar a contracorriente y exigir que el feminismo deje de salvarnos a nuestro pesar porque hemos de reconocer que, en esa lucha contra una misma, lo más probable es que se pierda siempre.

Tomado del blog: El Timo Del Género de la autora Alicia V. Rubio Calle

28 de noviembre de 2017

FEMIDISIDENTE 2: LA SORORIDAD, APOYO Y SILENCIO MAFIOSO

Portada del libro escrito por Alicia Rubio y por el cual
fue despedida de su labor como docente


No me gustan las obligaciones debidas a un colectivo por amenazas mafiosas. Soy libre y quiero seguir siéndolo. Hablo de la sororidad.

La sororidad es un término más de esa fábrica de neolenguaje que es el feminismo y cuyas adeptas tienen la enorme jeta de increpar a los que las llaman feminazis, con bastante acierto definitorio por cierto, con el argumentazo de que esa palabra no existe en el diccionario. No existirá el término, pero existe el concepto. Doy fe de ello.

Sororidad, falocentrismo, heteropatriarcado, micromachismo, machirulo, miembra, cuerpa, y el inolvidable caballera quijota andanta de nuestra inefable ministra… sí parece que son aceptables para este poderoso, pero cada vez más odiado, colectivo.

Sororidad como término (del latín soror, hermana) es la versión femenina de la fraternidady, como concepto, es la obligación de apoyo a las compañeras de sexo, que no de género, pues entre las feministas las hay de todos los géneros (lesbiana, bisexual, cis, trans, fluido…) que te obliga a secundar sin crítica cualquier mamarrachada que se le ocurra a un ser con entrepierna semejante a la tuya. Y no sólo implica esta obligación, sino la de mantener el silencio sobre determinados funcionamientos y prácticas de las bandas feministas y no criticar jamás las teorías feministas, aun cuando abandones, escaldada de tu experiencia, a semejante colectivo.

Se pregunta una, en su irrefrenable y necia necesidad de coherencia discursiva, cómo algo tan irrelevante para la ideología de género como el sexo biológico puede implicar entre las que comparten esa fruslería un lazo de obligaciones tan exigente. Pero ya sabemos que en incoherencias, la secta del género gana todos los premios por goleada. Y cabe destacar que semejante figura, tan parecida a la omertá de la mafia, choca de forma frontal con la libertad individual y que, para que funcione, se debe superar varios metros la línea del delito por coacción, acoso, amenazas y violencia. Vamos, como hace la Cosa Nostra, cuyos engranajes funcionan divinamente engrasados con todo ello.

Conocí una disidente del feminismo que desde una página web, y con una identidad falsa, publicaba cuantas locuras, abusos, estupideces y maldades hacían y decían sus excorreligionarias. Tenía miedo a ser detectada por aquello de la sororidad y las consecuencias que su incumplimiento podría traerle. Mucho miedo.

También fue por incumplimiento de la sororidad por lo que denunciaron repetidamente una página de mujeres disidentes del feminismo que abrimos en Facebook en el momento en que empezaron a arreciar las críticas fundamentadas y lógicas a sus mentiras. Mi falta de compromiso con la sororidad impuesta me convierte en una disidente, no sólo del feminismo, sino de ese grupo variopinto y nada recomendable de mujeres con vagina (hasta ahora las únicas existentes) con las que comparto órganos reproductivos y una presunta opresión ancestral que no siento y que las faculta para todo tipo de tropelías.

Pues sí, de repente una descubre que nuestra libertad, esa libertad femenina por la que dicen luchar estas compañeras de entrepierna, se reduce en ámbitos intelectuales esenciales por culpa de sus coacciones. Eso sí, libertad sexual por obligación. ¿Y qué hacemos las mujeres que estamos más orgullosas de nuestro cerebro que de nuestro órgano sexual y valoramos más la libertad que nos cercenan que la que nos ofrecen?

Alicia V. Rubio Calle

23 de noviembre de 2017

Carta de liberación del clan familiar

La carta de liberación del Clan Familiar la redactarás con tu puño y letra. En el plazo de 30 días tu carta deberá estar escrita (en caso de necesitar más tiempo, tampoco importaría, pero lo recomendado son 30 días).

     Tómate tu tiempo, no debes de escribirla deprisa, el objetivo es ir recordando todos los eventos y detalles; por lo que te llevará varios días. ¿Qué vamos a conseguir con esta carta? Conseguirás liberarte de todo aquello que hayas podido heredar de tus ancestros, de tu familia y las personas que te rodean, y que te estén afectando hoy, en tu día a día, en tu presente.



Cuando hayas terminado de escribir tu carta, te reservarás un día y un horario especial para realizar el acto de leerla y quemarla.
     Es decir, has de buscar un día para ti, en el que vayas a estar a solas, en donde nada ni nadie te vaya a interrumpir y puedas así realizar una ceremonia de quema de carta que va a resultar impactante para tu subconsciente.
     Puedes acompañarte con velas o incienso. Puedes quemar en caso de disponer de ellas, las fotografías de los miembros de los que vas a liberarte, también vale una fotocopias de las mismas. Puedes quemar, si lo tienes, algún objeto perteneciente a esas personas; si dispones de algún objeto que recuerde a esos miembros, también puedes quemarlas.
     Es importante mantente consciente de que quemando las fotos u objetos que te recuerden a ellos, no vas quemarlos a ellos propiamente dicho, sólo te vas a deshacer de lo malo de ellos, para así, quedarte únicamente con lo bueno; que no te asuste la quema fotos u objetos.
     Llegado el día y el momento, los pasos a seguir serían los siguientes:
Leer tu carta al completo en voz alta y en un ritmo pausado lentamente, para que así tu inconsciente sea capaz de captar todo aquello que estás soltando.
Una vez hayas terminado de leer, deberás quemar la carta hoja por hoja y juntarás las cenizas originadas para que al finalizar con el acto de la quema de carta, puedas deshacerte de ellas.
     ¿Y qué hacemos para deshacernos de ellas? Pues tú decides cómo hacerlo, puedes enterrarlas, o echarlas al aire, o tirarlas por el wc o a la basura, etc. Así conseguiremos liberarnos de aquello que se ha ido cargando en el inconsciente o que hayamos heredado.
     Terminado el acto de quema de carta y una vez liberados de las cenizas, le sigue una cuarentena de 30 días, donde tu mente asimila, y asienta lo vivido, lo que ha sentido y lo que ha soltado. Tener presente que van a ser 30 días de cambios de ánimo de gran intensidad, algunos días, podréis incluso vivir una crisis de sanación (incremento de síntomas físicos, dolores, mareos, náuseas, etc).
     Por ejemplo, algunos días, podrás sentirte muy cansado y tener mucho sueño, o al contrario, no tener nada de sueño, puedes sentirte alegre, triste, entusiasmado, excitado, deprimido, etc. Y no te preocupes, porque todo está dentro del proceso, todo es totalmente normal.
     Terminada la cuarentena, entre los días 30 y 34, tendrás una sensación de ligereza enorme, además, sentirás que tus pensamientos y sentimientos son más claros. Te sentirás con poder y seguridad para llevar a cabo una toma de decisiones y realizar cambios. Te invadirá la sensación de paz interior, certeza y conciencia plena de todo aquello que has llegado a soltar. Empezarás a tener mayor claridad con respecto a nuevos rumbos y opciones, y ya no te verás afectado por las personas de las que te has liberado.

A tener en cuenta:
El período de cuarentena no es fijo para todo el mundo, es más varía de persona a persona, pudiendo ser que alguien perciba los cambios a los 15, a los 30,a los 60 o incluso a los 90 días. Cada persona vive este proceso de forma diferente.
Este acto de carta de quema se puede hacer tantas veces como sea necesario, pudiendo hacer referencia a las mismas personas, pero nunca los mismos
Cada carta que se haga, llevará su cuarentena.
por tener claro el punto 2, si por ejemplo, escribí una carta de duelo por mi padre que era alcohólico, realicé la quema y pasé la cuarentena; pero de aquí a un año me acuerdo de que cierta noche atropelló a una persona y que se dio a la fuga y quiero liberarme de esto, puedo realizar una carta haciendo mención al atropello, nunca al alcoholismo, porque sobre ese tema ya realicé el duelo.
Y por terminar, siempre es bueno conservar este modelo donde nos indica cómo redactar y qué pasos llevar para realizar la quema de la carta ya que todavía nos faltan muchas cosas por vivir. Si en un periodo de 10 años, vemos que estamos cargando con nuevos problemas, ya sean de familiares, amigos, compañeros o jefes del trabajo, etc, podemos realizar este acto para evitar así que nuestros hijos hereden nuestros futuros errores.

Beatriz Delgado
https://triskelate.com/carta-de-liberacion-pasos